domingo, 12 de junio de 2011

Embarazo: semana a semana

Semana 1

Acaba de venirte la regla y aún no sabes que ésta será la última en mucho tiempo. Esta semana entras en la fase “folicular” del ciclo, lo que supone que uno de tus dos ovarios será elegido mediante sorteo para liberar al óvulo que más adelante será fecundado.

Tus ovarios producen una gran cantidad de estrógenos y el útero regenera el revestimiento que acaba de ser expulsado en la última regla. Este revestimiento, llamado “endometrio”, es donde el óvulo se asienta si en unos días tiene la suerte de ser fecundado.

Semana 2

Alrededor del día 14 del ciclo tu cuerpo ya está preparado para ovular. Esto significa que el óvulo maduro es liberado desde el ovario que ha sido el ganador del sorteo mensual y comienza su viaje hacia la entrada de la trompa de Falopio, la cual comunica el ovario con el útero.

En este momento el moco cervical presentará una consistencia muy similar a la “clara de huevo”, lo que te puede ayudar indicándote que estás en tu período fértil.

Si esta semana mantienes un buen ritmo de relaciones sexuales (sin sexo no hay niños, eso solo le pasó a la Virgen Maria), lo esperado es que uno de los muchos espermatozoides encuentre en su trayecto al óvulo y sea una de esas historias de amor a primera vista.

Semana 3

El encuentro del óvulo y el espermatozoide ha sido un éxito. No sólo se han conocido, se han caído bien y se han ido de fiesta juntos, sino que además el intrépido espermatozoide ha conseguido terminar penetrando en tu óvulo al terminar la noche. ¡Al fin ha sido fecundado!

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Después de la fecundación, la célula se divide en dos y cada nueva célula experimenta la misma división sucesivamente.

El óvulo fecundado continúa su trayecto y tarda aún unos días en alcanzar el útero. Una vez llega a su destino, elige un cómodo lugar en el que asentarse. En este momento, la parte interior de la célula es ya el embrión propiamente dicho, mientras que la parte de fuera será la placenta, que servirá de sustento al feto durante toda la gestación, y el saco amniótico, el cual contendrá el líquido en el que flotará el bebé.

Semana 4

Se supone que esta semana debería venirte la regla. A lo mejor has empezado a notar ya ciertos síntomas que te hacen pensar que puedes estar embarazada, pero como todo es tan reciente prefieres hacerte la dura y esperar unos días más “por si al final acaba viniendo”.

El embrión terminará de implantarse por completo en el útero y los ovarios producirán y expulsarán progesterona para fortalecer el endometrio y favorecer dicha implantación.

Tu bebé es aún tan pequeño que no podría apreciarse en una ecografía.

Semana 5

Posiblemente tienes síntomas premenstruales, te duele el pecho y notas el típico dolorcillo como si fuera a venirte la regla; pero no, ya ves que no te ha venido aún y llevas ya casi una semana de retraso, así que por amor de Dios... ¡hazte un test!

El embrión es aún muy pequeño, pero empieza a desarrollarse muy deprisa. Se están empezando a formar el corazón y los vasos sanguíneos. La placenta es ahora un conjunto de tentáculos llamados “vellosidades coriónicas” que ayudarán a que tu bebé reciba nutrientes y oxígeno y pueda a su vez expulsar los productos de deshecho y el dióxido de carbono a través del cordón umbilical que lo conecta con la placenta.

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Semana 6

Si a estas alturas aún no has pedido hora en tu ginecólogo es el momento idóneo para ir a la primera visita.

Es muy posible que esta semana ya tengas claros síntomas de embarazo y hayas empezado a tener nauseas y un mal humor inexplicable que se debe precisamente a ese conjunto de síntomas que te agobian de mala manera.

El embrión ahora es algo parecido a un renacuajo, pero su cola se atrofiará y se convertirá en el cóccix. En el centro del embrión se encuentran el aparato digestivo, los pulmones y la vejiga. Ahora está rodeado por una capa que pronto se convertirá en músculos, huesos, corazón, riñones y órganos genitales, y todo esto está ya envuelto en lo que más adelante será la piel, el sistema nervioso, los oídos y los ojos. A pesar de lo pequeño que es pueden ya verse dos protuberancias que serán los brazos.

Y de repente, como por arte de magia, el corazón estalla de vida y comienza a latir y a bombear sangre. Es el momento en que una ecografía podrá mostrarte cómo se ha iniciado una nueva vida dentro de ti y cómo repiquetea a toda leche el tambor de su minúsculo corazón.

Semana 7

Esta semana puede que el padre de la criatura se ponga contento cuando te vea quitarte el sujetador. Tu pecho posiblemente será algo más grande de lo habitual y lo tendrás tremendamente sensible.

A tu pequeño embrión ya se le podrán apreciar dos pequeños bultos que serán las piernas. Es sorprendente lo rápido que está desarrollándose. Se empiezan a formar los pulmones y los riñones. La cabeza es claramente reconocible. Su tamaño ahora debe ser algo parecido a una judía.

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Semana 8

El útero está presionando la vejiga y lo más normal es que tengas continuas ganas de hacer pis. Las náuseas y el estreñimiento puede que te lleven loca y encima te sientes tan cansada que solo piensas en tener un momento libre para echarte a dormir.

El embrión ya tiene unas manos diminutas provistas de una membrana entre los dedos. La cabeza es muy grande comparada con el resto del minúsculo cuerpecillo que empieza a formarse.

Semana 9

Tu pequeño embrión ya tiene párpados y su cuerpo es ahora más alargado. Los órganos reproductivos empiezan a desarrollarse, pero aún es pronto para ver su sexo.

Si te haces ahora una ecografía podrás ver fácilmente cómo se mueve y saldrás de la consulta siendo la mujer más feliz del mundo.

Semana 10

Tu cuerpo trabaja a toda marcha y necesita mucha energía, así que posiblemente notes que tienes más hambre de lo habitual.

El feto (obsérvese que ya no digo embrión sino feto) ya tiene en su sitio todos los órganos, aunque la mayoría de ellos aún no funcionan. Ya tiene agujeros en la nariz. Los brazos y las piernas ya pueden verse con claridad, en las manos y los pies pueden distinguirse los deditos ya sin la membrana que antes tenían.

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Semana 11

La placenta continúa aumentando de tamaño al ritmo que crecen las necesidades del feto. El corazón ya está perfectamente formado y bombea sangre sin parar. Pueden verse las orejas y tu pequeño tiene ya forma similar a un ser humano (reconozcamos que en las semanas anteriores parecía cualquier cosa menos humano).

Semana 12

Es posible que a partir de ahora las náuseas empiecen a disminuir y por fin te olvides de ellas.

El peligro que había de malformaciones y daños en el feto disminuye a partir de ahora de forma considerable.

El feto, ahora sí, tiene ya toda la pinta de ser un bebé y su cara puede verse perfectamente. Sus músculos están creciendo y aumenta así sus movimientos, pero tú aún no puedes percibirlos.

Semana 13

Es muy probable que esta semana si te miras de perfil en el espejo puedas notar que a tu barriga le ha crecido algo parecido a un michelin.

El feto ha comenzado ya a tener reflejos de respiración, succión y deglución. Los oídos están terminados, pero tu bebé aún no oye nada. Los pulmones, el hígado, los riñones y el sistema digestivo aún están desarrollándose. Parece que el pequeño cabezón empieza a igualarse un poco más con el cuerpo y al final de esta semana el bebé debería estar ya formado y listo para empezar a crecer.

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Semana 14

Con un poco de suerte esta semana ya no tienes náuseas y empiezas a encontrarte mucho mejor que las semanas anteriores. Estás metida de lleno en el segundo trimestre.

A estas alturas lo más normal es que el flotador que tenías por barriga al más puro estilo michelín se haya convertido ya en una barriga que haga notar tu embarazo.

A partir de ahora es posible que en alguna ecografía consigas ver si tu pequeño feto será niño o niña, todo depende de lo vergonzoso que te salga y la postura que adopte al hacer la ecografía.

Semana 15

Posiblemente en este momento te sientas radiante y estés en la mejor etapa de todo el embarazo.

El feto se está engordando ahora con una rapidez increíble. Es ya un bebé en toda regla y hasta se chupa el dedo si le apetece.

Semana 16

Es muy posible que esta semana empieces a notar un mariposeo en tu estómago que no es otra cosa más que la sensación de empezar a notar los movimientos de tu bebé, sobre todo lo notan las mamás que repiten experiencia. No te preocupes si tú aún no lo notas porque puede que tardes en ser consciente unas semanas más tarde.

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Semana 17

Los órganos sexuales del bebé ya están formados. Si observas una ecografía ahora podrás ver que tu peque hace pis!

A estas altura el bebé pesa unos 150 gr.

Semana 18

El bebé está recubierto de lanugo, una especie de vello que le cubre todo el cuerpecito. En su médula ósea ya empiezan a formarse los glóbulos.

Semana 19

Ahora si te miras al espejo tu barriga es ya notable y puede que te duela la espalda. El feto tiene aún mucho espacio para moverse, pero empieza a estar más apretado y, si aún no lo habías percibido, lo más probable es que ya notes sus movimientos.

Semana 20

Tu bebé ahora pone a prueba sus músculos haciendo las mil y una piruetas. Se enreda y desenreda en el cordón umbilical como si fuera un acróbata.

Semana 21

Aún no abre los ojos, sus párpados están cerrados, pero ya percibe los sonidos del exterior.

Semana 22

El bebé ya tiene cejas y hasta le crece el vello en la cabeza. Ahora el feto pesa unos 500gr.

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Semana 23

El cerebro del feto se desarrolla de forma increíble, igual que la piel, aunque ahora mismo parece más la piel arrugadita de un abuelete que la del típico culito de bebé.

Semana 24

El bebé ahora empezará a engordar rápidamente. Sus pulmones aún no están terminados. En solo dos semanas ha aumentado unos 150gr.

Semana 25

El feto empieza ya a ocupar una parte importante de ti y puede que notes dolor en la parte baja de la tripa. Si te tumbas boca arriba puede que te cueste respirar, tu bebé está literalmente acostado sobre tus costillas y tu estómago. También es normal que sientas ardor y otras incomodidades gástricas.

Semana 26

A partir de ahora tu bebé cada semana tiene mayores probabilidades de sobrevivir si se diera el caso de que te pusieras de parto. Aunque aún tiene los ojos cerrados puede percibir la luz que venga del exterior y oír las voces cercanas.

Semana 27

El feto ha crecido tanto ya que el espacio se ha visto muy reducido y ya no puede hacer las acrobacias artísticas de hace unas semanas. Pesa unos 900gr.

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Semana 28

Cuando tú descanses tu bebé tendrá ganas de juerga. Al contrario, cuando estés en pleno movimiento, él dormirá como un lirón acunado por el balanceo.

Semana 29

Lo más probable es que ya seas íntima amiga del dolor de espalda, el ardor de estómago y la retención de líquidos. Se te hace difícil dormir porque no sabes cómo demonios acomodar esa barrigota.

El feto ya tiene la forma de bebé que todas imaginamos cuando pensamos en uno. Está desarrollando la respiración y pesa aproximadamente 1kg.

Semana 30

Tu bebé presiona la vejiga de tal manera que ahora con toda seguridad estás deseando que te cambien de sitio en el trabajo y te instalen la mesa en el lavabo.

Los ojos por fin se abren y la lanugo comienza a desaparecer. Puede que tu bebé tenga hipo y notes ciertos tirones. También es probable que tengas alguna que otra contracción, pero no te alarmes, las contracciones de Braxton Hicks, como se las llama, son simples simulacros de lo que luego serán las auténticas contracciones.

Semana 31

El bebé parpadea cuando le acercas una luz. Ya pesa alrededor de 1,5kg.

Hace días que no pegas ojo, la barriga es incómoda y encima estás casi sin aliento todo el día cargando con ella. Tranquila, ya va quedando menos.

Semana 32

Tu bebé tiene los pulmones más desarollados, aunque aún les queda un poco para estar listos. Es muy posible que empiece a coger la postura boca abajo para preparar su salida.

Semana 33

Es muy probable que si tu bebé naciera ahora pudiera sobrevivir sin demasiadas complicaciones. Pesa ya casi 2kg.

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Semana 34

Ahora sí que notas los movimientos, esas patadotas que a su padre le hacen decir aquello de "va a ser futbolista". Su piel ya no está tan arrugada, se ha rellenado de grasa y presenta un aspecto más liso y suave.

Semana 35

Tus pies están a punto de reventar. Intenta caminar y sobre todo ponte un zapato muy cómodo. Levanta las piernas y descansa todo lo que sea posible.

Tu bebé ya tiene uñas. Ahora pesa unos 2,3kg.

Semana 36

Estás agotada. A partir de ahora tendrás que ir al médico todas las semanas de aquí al parto.

Semana 37

El bebé ya casi no tiene espacio para moverse, así que notarás cualquier movimiento que haga.

Descansa todo lo que puedas, ya no te queda mucho para el gran momento.

Semana 38

Puede que ahora empieces a sentirte un poco vaca, tus pechos soltarán unas sospechosas manchas. En parte es normal, tu bebé está ya completamente desarrollado y pesa casi 3kg.

Semana 39

A partir de ahora en cualquier momento puedes expulsar el tapón mucoso, lo que indica que en cuestión de horas podrías a tu bebé en los brazos, aunque puede alargarse unos días. Tu útero sigue practicando contracciones. No te preocupes, cuando sean las de verdad seguro que sabes identificarlas.

Semana 40

Al fin llega el día y sales de cuentas. Toda la familia te llama cada media hora para saber si tienen que salir corriendo.

Tu bebé pesa ya unos 3,3kg.

Respira hondo, relájate y prepárate para presenciar la experiencia más maravillosa del mundo.

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domingo, 12 de junio de 2011

Embarazo: semana a semana

Semana 1

Acaba de venirte la regla y aún no sabes que ésta será la última en mucho tiempo. Esta semana entras en la fase “folicular” del ciclo, lo que supone que uno de tus dos ovarios será elegido mediante sorteo para liberar al óvulo que más adelante será fecundado.

Tus ovarios producen una gran cantidad de estrógenos y el útero regenera el revestimiento que acaba de ser expulsado en la última regla. Este revestimiento, llamado “endometrio”, es donde el óvulo se asienta si en unos días tiene la suerte de ser fecundado.

Semana 2

Alrededor del día 14 del ciclo tu cuerpo ya está preparado para ovular. Esto significa que el óvulo maduro es liberado desde el ovario que ha sido el ganador del sorteo mensual y comienza su viaje hacia la entrada de la trompa de Falopio, la cual comunica el ovario con el útero.

En este momento el moco cervical presentará una consistencia muy similar a la “clara de huevo”, lo que te puede ayudar indicándote que estás en tu período fértil.

Si esta semana mantienes un buen ritmo de relaciones sexuales (sin sexo no hay niños, eso solo le pasó a la Virgen Maria), lo esperado es que uno de los muchos espermatozoides encuentre en su trayecto al óvulo y sea una de esas historias de amor a primera vista.

Semana 3

El encuentro del óvulo y el espermatozoide ha sido un éxito. No sólo se han conocido, se han caído bien y se han ido de fiesta juntos, sino que además el intrépido espermatozoide ha conseguido terminar penetrando en tu óvulo al terminar la noche. ¡Al fin ha sido fecundado!

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Después de la fecundación, la célula se divide en dos y cada nueva célula experimenta la misma división sucesivamente.

El óvulo fecundado continúa su trayecto y tarda aún unos días en alcanzar el útero. Una vez llega a su destino, elige un cómodo lugar en el que asentarse. En este momento, la parte interior de la célula es ya el embrión propiamente dicho, mientras que la parte de fuera será la placenta, que servirá de sustento al feto durante toda la gestación, y el saco amniótico, el cual contendrá el líquido en el que flotará el bebé.

Semana 4

Se supone que esta semana debería venirte la regla. A lo mejor has empezado a notar ya ciertos síntomas que te hacen pensar que puedes estar embarazada, pero como todo es tan reciente prefieres hacerte la dura y esperar unos días más “por si al final acaba viniendo”.

El embrión terminará de implantarse por completo en el útero y los ovarios producirán y expulsarán progesterona para fortalecer el endometrio y favorecer dicha implantación.

Tu bebé es aún tan pequeño que no podría apreciarse en una ecografía.

Semana 5

Posiblemente tienes síntomas premenstruales, te duele el pecho y notas el típico dolorcillo como si fuera a venirte la regla; pero no, ya ves que no te ha venido aún y llevas ya casi una semana de retraso, así que por amor de Dios... ¡hazte un test!

El embrión es aún muy pequeño, pero empieza a desarrollarse muy deprisa. Se están empezando a formar el corazón y los vasos sanguíneos. La placenta es ahora un conjunto de tentáculos llamados “vellosidades coriónicas” que ayudarán a que tu bebé reciba nutrientes y oxígeno y pueda a su vez expulsar los productos de deshecho y el dióxido de carbono a través del cordón umbilical que lo conecta con la placenta.

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Semana 6

Si a estas alturas aún no has pedido hora en tu ginecólogo es el momento idóneo para ir a la primera visita.

Es muy posible que esta semana ya tengas claros síntomas de embarazo y hayas empezado a tener nauseas y un mal humor inexplicable que se debe precisamente a ese conjunto de síntomas que te agobian de mala manera.

El embrión ahora es algo parecido a un renacuajo, pero su cola se atrofiará y se convertirá en el cóccix. En el centro del embrión se encuentran el aparato digestivo, los pulmones y la vejiga. Ahora está rodeado por una capa que pronto se convertirá en músculos, huesos, corazón, riñones y órganos genitales, y todo esto está ya envuelto en lo que más adelante será la piel, el sistema nervioso, los oídos y los ojos. A pesar de lo pequeño que es pueden ya verse dos protuberancias que serán los brazos.

Y de repente, como por arte de magia, el corazón estalla de vida y comienza a latir y a bombear sangre. Es el momento en que una ecografía podrá mostrarte cómo se ha iniciado una nueva vida dentro de ti y cómo repiquetea a toda leche el tambor de su minúsculo corazón.

Semana 7

Esta semana puede que el padre de la criatura se ponga contento cuando te vea quitarte el sujetador. Tu pecho posiblemente será algo más grande de lo habitual y lo tendrás tremendamente sensible.

A tu pequeño embrión ya se le podrán apreciar dos pequeños bultos que serán las piernas. Es sorprendente lo rápido que está desarrollándose. Se empiezan a formar los pulmones y los riñones. La cabeza es claramente reconocible. Su tamaño ahora debe ser algo parecido a una judía.

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Semana 8

El útero está presionando la vejiga y lo más normal es que tengas continuas ganas de hacer pis. Las náuseas y el estreñimiento puede que te lleven loca y encima te sientes tan cansada que solo piensas en tener un momento libre para echarte a dormir.

El embrión ya tiene unas manos diminutas provistas de una membrana entre los dedos. La cabeza es muy grande comparada con el resto del minúsculo cuerpecillo que empieza a formarse.

Semana 9

Tu pequeño embrión ya tiene párpados y su cuerpo es ahora más alargado. Los órganos reproductivos empiezan a desarrollarse, pero aún es pronto para ver su sexo.

Si te haces ahora una ecografía podrás ver fácilmente cómo se mueve y saldrás de la consulta siendo la mujer más feliz del mundo.

Semana 10

Tu cuerpo trabaja a toda marcha y necesita mucha energía, así que posiblemente notes que tienes más hambre de lo habitual.

El feto (obsérvese que ya no digo embrión sino feto) ya tiene en su sitio todos los órganos, aunque la mayoría de ellos aún no funcionan. Ya tiene agujeros en la nariz. Los brazos y las piernas ya pueden verse con claridad, en las manos y los pies pueden distinguirse los deditos ya sin la membrana que antes tenían.

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Semana 11

La placenta continúa aumentando de tamaño al ritmo que crecen las necesidades del feto. El corazón ya está perfectamente formado y bombea sangre sin parar. Pueden verse las orejas y tu pequeño tiene ya forma similar a un ser humano (reconozcamos que en las semanas anteriores parecía cualquier cosa menos humano).

Semana 12

Es posible que a partir de ahora las náuseas empiecen a disminuir y por fin te olvides de ellas.

El peligro que había de malformaciones y daños en el feto disminuye a partir de ahora de forma considerable.

El feto, ahora sí, tiene ya toda la pinta de ser un bebé y su cara puede verse perfectamente. Sus músculos están creciendo y aumenta así sus movimientos, pero tú aún no puedes percibirlos.

Semana 13

Es muy probable que esta semana si te miras de perfil en el espejo puedas notar que a tu barriga le ha crecido algo parecido a un michelin.

El feto ha comenzado ya a tener reflejos de respiración, succión y deglución. Los oídos están terminados, pero tu bebé aún no oye nada. Los pulmones, el hígado, los riñones y el sistema digestivo aún están desarrollándose. Parece que el pequeño cabezón empieza a igualarse un poco más con el cuerpo y al final de esta semana el bebé debería estar ya formado y listo para empezar a crecer.

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Semana 14

Con un poco de suerte esta semana ya no tienes náuseas y empiezas a encontrarte mucho mejor que las semanas anteriores. Estás metida de lleno en el segundo trimestre.

A estas alturas lo más normal es que el flotador que tenías por barriga al más puro estilo michelín se haya convertido ya en una barriga que haga notar tu embarazo.

A partir de ahora es posible que en alguna ecografía consigas ver si tu pequeño feto será niño o niña, todo depende de lo vergonzoso que te salga y la postura que adopte al hacer la ecografía.

Semana 15

Posiblemente en este momento te sientas radiante y estés en la mejor etapa de todo el embarazo.

El feto se está engordando ahora con una rapidez increíble. Es ya un bebé en toda regla y hasta se chupa el dedo si le apetece.

Semana 16

Es muy posible que esta semana empieces a notar un mariposeo en tu estómago que no es otra cosa más que la sensación de empezar a notar los movimientos de tu bebé, sobre todo lo notan las mamás que repiten experiencia. No te preocupes si tú aún no lo notas porque puede que tardes en ser consciente unas semanas más tarde.

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Semana 17

Los órganos sexuales del bebé ya están formados. Si observas una ecografía ahora podrás ver que tu peque hace pis!

A estas altura el bebé pesa unos 150 gr.

Semana 18

El bebé está recubierto de lanugo, una especie de vello que le cubre todo el cuerpecito. En su médula ósea ya empiezan a formarse los glóbulos.

Semana 19

Ahora si te miras al espejo tu barriga es ya notable y puede que te duela la espalda. El feto tiene aún mucho espacio para moverse, pero empieza a estar más apretado y, si aún no lo habías percibido, lo más probable es que ya notes sus movimientos.

Semana 20

Tu bebé ahora pone a prueba sus músculos haciendo las mil y una piruetas. Se enreda y desenreda en el cordón umbilical como si fuera un acróbata.

Semana 21

Aún no abre los ojos, sus párpados están cerrados, pero ya percibe los sonidos del exterior.

Semana 22

El bebé ya tiene cejas y hasta le crece el vello en la cabeza. Ahora el feto pesa unos 500gr.

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Semana 23

El cerebro del feto se desarrolla de forma increíble, igual que la piel, aunque ahora mismo parece más la piel arrugadita de un abuelete que la del típico culito de bebé.

Semana 24

El bebé ahora empezará a engordar rápidamente. Sus pulmones aún no están terminados. En solo dos semanas ha aumentado unos 150gr.

Semana 25

El feto empieza ya a ocupar una parte importante de ti y puede que notes dolor en la parte baja de la tripa. Si te tumbas boca arriba puede que te cueste respirar, tu bebé está literalmente acostado sobre tus costillas y tu estómago. También es normal que sientas ardor y otras incomodidades gástricas.

Semana 26

A partir de ahora tu bebé cada semana tiene mayores probabilidades de sobrevivir si se diera el caso de que te pusieras de parto. Aunque aún tiene los ojos cerrados puede percibir la luz que venga del exterior y oír las voces cercanas.

Semana 27

El feto ha crecido tanto ya que el espacio se ha visto muy reducido y ya no puede hacer las acrobacias artísticas de hace unas semanas. Pesa unos 900gr.

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Semana 28

Cuando tú descanses tu bebé tendrá ganas de juerga. Al contrario, cuando estés en pleno movimiento, él dormirá como un lirón acunado por el balanceo.

Semana 29

Lo más probable es que ya seas íntima amiga del dolor de espalda, el ardor de estómago y la retención de líquidos. Se te hace difícil dormir porque no sabes cómo demonios acomodar esa barrigota.

El feto ya tiene la forma de bebé que todas imaginamos cuando pensamos en uno. Está desarrollando la respiración y pesa aproximadamente 1kg.

Semana 30

Tu bebé presiona la vejiga de tal manera que ahora con toda seguridad estás deseando que te cambien de sitio en el trabajo y te instalen la mesa en el lavabo.

Los ojos por fin se abren y la lanugo comienza a desaparecer. Puede que tu bebé tenga hipo y notes ciertos tirones. También es probable que tengas alguna que otra contracción, pero no te alarmes, las contracciones de Braxton Hicks, como se las llama, son simples simulacros de lo que luego serán las auténticas contracciones.

Semana 31

El bebé parpadea cuando le acercas una luz. Ya pesa alrededor de 1,5kg.

Hace días que no pegas ojo, la barriga es incómoda y encima estás casi sin aliento todo el día cargando con ella. Tranquila, ya va quedando menos.

Semana 32

Tu bebé tiene los pulmones más desarollados, aunque aún les queda un poco para estar listos. Es muy posible que empiece a coger la postura boca abajo para preparar su salida.

Semana 33

Es muy probable que si tu bebé naciera ahora pudiera sobrevivir sin demasiadas complicaciones. Pesa ya casi 2kg.

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Semana 34

Ahora sí que notas los movimientos, esas patadotas que a su padre le hacen decir aquello de "va a ser futbolista". Su piel ya no está tan arrugada, se ha rellenado de grasa y presenta un aspecto más liso y suave.

Semana 35

Tus pies están a punto de reventar. Intenta caminar y sobre todo ponte un zapato muy cómodo. Levanta las piernas y descansa todo lo que sea posible.

Tu bebé ya tiene uñas. Ahora pesa unos 2,3kg.

Semana 36

Estás agotada. A partir de ahora tendrás que ir al médico todas las semanas de aquí al parto.

Semana 37

El bebé ya casi no tiene espacio para moverse, así que notarás cualquier movimiento que haga.

Descansa todo lo que puedas, ya no te queda mucho para el gran momento.

Semana 38

Puede que ahora empieces a sentirte un poco vaca, tus pechos soltarán unas sospechosas manchas. En parte es normal, tu bebé está ya completamente desarrollado y pesa casi 3kg.

Semana 39

A partir de ahora en cualquier momento puedes expulsar el tapón mucoso, lo que indica que en cuestión de horas podrías a tu bebé en los brazos, aunque puede alargarse unos días. Tu útero sigue practicando contracciones. No te preocupes, cuando sean las de verdad seguro que sabes identificarlas.

Semana 40

Al fin llega el día y sales de cuentas. Toda la familia te llama cada media hora para saber si tienen que salir corriendo.

Tu bebé pesa ya unos 3,3kg.

Respira hondo, relájate y prepárate para presenciar la experiencia más maravillosa del mundo.

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