lunes, 22 de agosto de 2011

Reflexiones: embarazo después de los 35

Es universalmente reconocido que cuando nace un hijo también nace una madre.
Sin embargo, para muchas mujeres tomar la decisión de convertirse en mamá implica un proceso más amplio que nueve meses de gestación.
A diferencia de épocas pasadas, actualmente la mayoría de las mujeres deciden experimentar la maternalidad una vez pasados los treinta años.

Vivir un embarazo a los veinte años de edad es diferente que a los treinta o más, no se trata de una experiencia mejor o peor, es una elección que varía según la historia personal, las condiciones del contexto, la relación con modelos maternales aprendidos y con muchos otros factores.

Aunque existen tantas situaciones como seres sociales, cuando se tiene más edad se consolidan estilos de vida, intereses y prioridades, se perciben otros registros de lo que sucede en la vida y se evalúa detenidamente lo que implica la llegada de un hijo, situación que requiere disponibilidad de recursos, tiempo y espacios a ceder.

Suele ocurrir también que la decisión de ser madre llega a los "treinta y pico" porque la mujer siente que hay aspectos personales que ya ha podido desarrollar y que cuenta con la predisposición para acompañar responsablemente el crecimiento de un nuevo ser (algo que tal vez, según el recorrido de vida personal, parecía imposible cuando era más joven). La mujer puede percibirse en condiciones adecuadas para asumir el compromiso de la maternidad.

Por supuesto, esta "determinación de ser mamá" de la que hablamos no se presenta obligatoriamente cuando se tiene más edad.

En algunos casos sucede que por entonces, ya resulta difícil renunciar o diferir conquistas ganadas en el espacio laboral o profesional.

Por otro lado, los diferentes momentos vividos en la pareja y las decisiones tomadas en conjunto determinarán o no que ha llegado "el momento de ser padres".

Cuando la salud es más importante que la edad
No podemos dejar de mencionar que en la actualidad, numerosos profesionales médicos consideran que el estado de salud preexistente de la mujer que decide ser madre luego de los 30 es el indicador más importante para llevar adelante un embarazo y no su edad cronológica como se creía antiguamente.

El mejor momento para la maternidad es aquel que, en la historia de cada mujer y de su pareja, resulta más fértil física y emocionalmente.

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lunes, 22 de agosto de 2011

Reflexiones: embarazo después de los 35

Es universalmente reconocido que cuando nace un hijo también nace una madre.
Sin embargo, para muchas mujeres tomar la decisión de convertirse en mamá implica un proceso más amplio que nueve meses de gestación.
A diferencia de épocas pasadas, actualmente la mayoría de las mujeres deciden experimentar la maternalidad una vez pasados los treinta años.

Vivir un embarazo a los veinte años de edad es diferente que a los treinta o más, no se trata de una experiencia mejor o peor, es una elección que varía según la historia personal, las condiciones del contexto, la relación con modelos maternales aprendidos y con muchos otros factores.

Aunque existen tantas situaciones como seres sociales, cuando se tiene más edad se consolidan estilos de vida, intereses y prioridades, se perciben otros registros de lo que sucede en la vida y se evalúa detenidamente lo que implica la llegada de un hijo, situación que requiere disponibilidad de recursos, tiempo y espacios a ceder.

Suele ocurrir también que la decisión de ser madre llega a los "treinta y pico" porque la mujer siente que hay aspectos personales que ya ha podido desarrollar y que cuenta con la predisposición para acompañar responsablemente el crecimiento de un nuevo ser (algo que tal vez, según el recorrido de vida personal, parecía imposible cuando era más joven). La mujer puede percibirse en condiciones adecuadas para asumir el compromiso de la maternidad.

Por supuesto, esta "determinación de ser mamá" de la que hablamos no se presenta obligatoriamente cuando se tiene más edad.

En algunos casos sucede que por entonces, ya resulta difícil renunciar o diferir conquistas ganadas en el espacio laboral o profesional.

Por otro lado, los diferentes momentos vividos en la pareja y las decisiones tomadas en conjunto determinarán o no que ha llegado "el momento de ser padres".

Cuando la salud es más importante que la edad
No podemos dejar de mencionar que en la actualidad, numerosos profesionales médicos consideran que el estado de salud preexistente de la mujer que decide ser madre luego de los 30 es el indicador más importante para llevar adelante un embarazo y no su edad cronológica como se creía antiguamente.

El mejor momento para la maternidad es aquel que, en la historia de cada mujer y de su pareja, resulta más fértil física y emocionalmente.

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