Lo ideal es que si planeas tener un hijo, al menos uno o dos meses antes comiences un proceso de depuración del cuerpo para que el niño sea bien recibido, desde la concepción misma.
Está ampliamente comprobado que el alcohol en cualquier cantidad es perjudicial para el feto, ya que el alcohol pasa directamente a la placenta y de allí al feto, a través de la sangre y el feto no tiene la capacidad de asimilarlo como la madre.
Entre las consecuencias que ocasiona el alcohol en los recién nacidos están:
Defectos de nacimiento como retraso mental, problemas de aprendizaje, emocionales, de comportamiento, defectos en el corazón, la cara y otros órganos.
El síndrome del alcohol fetal, que es el mayor trastorno que ocasiona esta sustancia, e incluye una combinación de defectos físicos y emocionales en el niño. Los bebés que sufren este síndrome tienen retraso mental, son más pequeños y características faciales como ojos pequeños, labio superior delgado y piel lisa en lugar del surco normal entre la nariz y el labio superior. Tienen mala coordinación y sufren problemas cardíacos.
Aumentar el riesgo de aborto espontáneo.
Bebés con 250 gramos menos de peso al nacer o fetos muertos al momento del parto.
fuente: Nacer Sano
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