domingo, 29 de mayo de 2011

Vegetarianismo y embarazo




Llevas mucho tiempo llevando una vida vegetariana. Has adecuado tu dieta a los rigores de una alimentación sana que prescinde de las carnes y derivados de origen animal. Ahora decides tener un hijo y te preguntas si tus hábitos alimenticios aportan los nutrientes necesarios a tu futuro hijo. La práctica del vegetarianismo saludable contrarrestra las carencias de una dieta sin carne con sustitutivos vegetales, de este modo tu salud no se resiente.


Cuando tomas la decisión de traer un bebé al mundo, las normas alimenticias que seguirás durante los siguientes nueve meses deben estar pautadas para que el desarrollo del feto sea óptimo. Cuidarse durante el embarazo implica un control médico exhaustivo y mucha responsabilidad, más aún si eres vegetariana. La falta de información acerca de este modo de vida, te reportará numerosas críticas por parte de la gente que te rodea y que no sabe nada sobre las costumbres veganas.

Son cuantiosos los testimonios de familias vegetarianas completas: padres y madres que han tenido a su descendencia dentro de un marco vegetariano y que han criado a sus hijos en esta saludable forma de vida. Debes recordar que a tu hijo no le faltará de nada, ni durante su desarrollo dentro de ti, ni durante la lactancia ni en el resto de sus años como hijo de vegetarianos y como vegetariano por sí mismo.

Nutrición extra

El primer año de vida del ser humano determina en un grado muy elevado la salud del mismo a lo largo de toda su existencia, así pues, el embarazo y el posterior cuidado del niño es de suma importancia. Son varios los estudios que aseguran la envidiable salud de la que gozan los vegetarianos y los hijos de vegetarianos. Olvida por tanto el hecho de tener que renunciar a tus hábitos para tener un bebé. Eso sí, asesórate médicamente para controlar tu alimentación.
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El primer mes del embarazo no suele ser especialmente notable en lo que respecta a la figura de la mujer embarazada, si bien, esto dependerá de su constitución. Es fundamental aumentar la toma de minerales y vitaminas. El aumento de calorías en el régimen alimenticio de las embarazadas comienza a percibirse, como media, entre el segundo y el tercer mes, ganándose peso de forma continua y equilibrada.

Los alimentos con alto contenido graso, deben reemplazarse por legumbres, arroz, cereales integrales y verduras. Es mejor dejar los dulces para de vez en cuando, procurando instaurar la fruta fresca y lavada como postre. Igualmente, andar una hora al día o incluso más, ayudará a mantener la vitalidad y el tono muscular. Si tienes la posibilidad de hacer natación, no la desaproveches.

A partir del segundo trimestre del embarazo, los médicos aconsejan el consumo de 300 calorías diarias. Estas calorías extras debes obtenerlas de una manera sana, echando mano de productos con nutrientes y vitaminas. Es muy fácil elegir ya que la variedad de vegetales y de frutas a las que tenemos opción es muy amplia. Resulta esencial que repartamos las comidas en tiempo no demasiado largos, puesto que el feto debe recibir nutrientes de forma continua.

¿Dónde están los nutrientes?

3Para que no te pierdas a la hora de buscar esos nutrientes, has de saber con exactitud en qué alimentos debes buscarlos, sobre todo teniendo en cuenta que tienes que respetar la línea vegetariana que seguías desde antes de tu embarazo. Puedes recurrir también a la soja y a sus derivados, como el tofu y la sabrosa leche de soja. Aquí tienes una lista amplia de todos ellos, pero existen muchos más:
-Cereales: cebada, arroz, trigo (pan, pasta, seitán), avena, mijo, maíz, bulgur, cuscus, etc.


-Legumbres: alubia, guisante, lenteja, haba, etc.


-Frutos secos: avellana, almendra, anacardo, nuez. etc. Importante: el cacahuete NO, ya que puede producir alergia al niño. Mantequillas de frutos secos (excepto de cacahuete).


-Semillas: de calabaza, de girasol, de sésamo, etc.


-Verduras (frescas y cocidas): zanahoria, calabaza, pimiento verde, brécol, alga marina, espinaca, endibia, col rizada, patata, tomate, lechuga, apio, cebolla, pepino, remolacha, coliflor, etc.


-Frutas (frescas, secas y en lata): plátano, naranja, mandarina, pomelo, manzana, mango, cereza, uva, pera, kiwi, limón, ciruela, etc.

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domingo, 29 de mayo de 2011

Vegetarianismo y embarazo




Llevas mucho tiempo llevando una vida vegetariana. Has adecuado tu dieta a los rigores de una alimentación sana que prescinde de las carnes y derivados de origen animal. Ahora decides tener un hijo y te preguntas si tus hábitos alimenticios aportan los nutrientes necesarios a tu futuro hijo. La práctica del vegetarianismo saludable contrarrestra las carencias de una dieta sin carne con sustitutivos vegetales, de este modo tu salud no se resiente.


Cuando tomas la decisión de traer un bebé al mundo, las normas alimenticias que seguirás durante los siguientes nueve meses deben estar pautadas para que el desarrollo del feto sea óptimo. Cuidarse durante el embarazo implica un control médico exhaustivo y mucha responsabilidad, más aún si eres vegetariana. La falta de información acerca de este modo de vida, te reportará numerosas críticas por parte de la gente que te rodea y que no sabe nada sobre las costumbres veganas.

Son cuantiosos los testimonios de familias vegetarianas completas: padres y madres que han tenido a su descendencia dentro de un marco vegetariano y que han criado a sus hijos en esta saludable forma de vida. Debes recordar que a tu hijo no le faltará de nada, ni durante su desarrollo dentro de ti, ni durante la lactancia ni en el resto de sus años como hijo de vegetarianos y como vegetariano por sí mismo.

Nutrición extra

El primer año de vida del ser humano determina en un grado muy elevado la salud del mismo a lo largo de toda su existencia, así pues, el embarazo y el posterior cuidado del niño es de suma importancia. Son varios los estudios que aseguran la envidiable salud de la que gozan los vegetarianos y los hijos de vegetarianos. Olvida por tanto el hecho de tener que renunciar a tus hábitos para tener un bebé. Eso sí, asesórate médicamente para controlar tu alimentación.
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El primer mes del embarazo no suele ser especialmente notable en lo que respecta a la figura de la mujer embarazada, si bien, esto dependerá de su constitución. Es fundamental aumentar la toma de minerales y vitaminas. El aumento de calorías en el régimen alimenticio de las embarazadas comienza a percibirse, como media, entre el segundo y el tercer mes, ganándose peso de forma continua y equilibrada.

Los alimentos con alto contenido graso, deben reemplazarse por legumbres, arroz, cereales integrales y verduras. Es mejor dejar los dulces para de vez en cuando, procurando instaurar la fruta fresca y lavada como postre. Igualmente, andar una hora al día o incluso más, ayudará a mantener la vitalidad y el tono muscular. Si tienes la posibilidad de hacer natación, no la desaproveches.

A partir del segundo trimestre del embarazo, los médicos aconsejan el consumo de 300 calorías diarias. Estas calorías extras debes obtenerlas de una manera sana, echando mano de productos con nutrientes y vitaminas. Es muy fácil elegir ya que la variedad de vegetales y de frutas a las que tenemos opción es muy amplia. Resulta esencial que repartamos las comidas en tiempo no demasiado largos, puesto que el feto debe recibir nutrientes de forma continua.

¿Dónde están los nutrientes?

3Para que no te pierdas a la hora de buscar esos nutrientes, has de saber con exactitud en qué alimentos debes buscarlos, sobre todo teniendo en cuenta que tienes que respetar la línea vegetariana que seguías desde antes de tu embarazo. Puedes recurrir también a la soja y a sus derivados, como el tofu y la sabrosa leche de soja. Aquí tienes una lista amplia de todos ellos, pero existen muchos más:
-Cereales: cebada, arroz, trigo (pan, pasta, seitán), avena, mijo, maíz, bulgur, cuscus, etc.


-Legumbres: alubia, guisante, lenteja, haba, etc.


-Frutos secos: avellana, almendra, anacardo, nuez. etc. Importante: el cacahuete NO, ya que puede producir alergia al niño. Mantequillas de frutos secos (excepto de cacahuete).


-Semillas: de calabaza, de girasol, de sésamo, etc.


-Verduras (frescas y cocidas): zanahoria, calabaza, pimiento verde, brécol, alga marina, espinaca, endibia, col rizada, patata, tomate, lechuga, apio, cebolla, pepino, remolacha, coliflor, etc.


-Frutas (frescas, secas y en lata): plátano, naranja, mandarina, pomelo, manzana, mango, cereza, uva, pera, kiwi, limón, ciruela, etc.

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