A partir del primer mes, a muchos bebés les sale un acné leve a raíz de
que aún circulan por su organismo las hormonas maternas y los poros de
su piel todavía no están del todo desarrollados.
Normalmente
desaparece en pocos meses, y puede remitir si se lava la piel dos o tres
veces por día y se la palmea una vez que está seca.
En caso de que la
afección sea muy severa, el médico prescribirá un gel suave de peróxido
de benzoílo o bien la aplicación de antibióticos locales.
No hay que
apretar, raspar ni pellizcar las manchas. Esta afección no tiene por qué
dejar cicatrices permanentes.
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